Enfermedades y riesgos sanitarios

Las enfermedades que afectan a las truchas arcoíris en las piscifactorías industriales son una consecuencia directa de las condiciones de hacinamiento y estrés que experimentan. La mayoría de estas no son de declaración obligatoria, conforme al Reglamento 2016/429, por lo que aún no hay demasiada información sobre cómo afecta cada una a los animales ni hay protocolos concretos para su tratamiento veterinario.

Entre las patologías más comunes se encuentran infecciones bacterianas como la enteritis bacteriana y la furunculosis. Estas enfermedades pueden causar úlceras en la piel, infecciones internas y una alta tasa de mortalidad si no se tratan adecuadamente.

Los parásitos son otra amenaza importante para la salud de las truchas en cautiverio. Los piojos de los peces (como el Argulus o el Lepeophtheirus) son habituales en estos entornos y pueden afectar gravemente la piel y las branquias, lo que limita su capacidad para respirar y se asocia con un gran sufrimiento. El hacinamiento favorece la rápida propagación de estos parásitos, lo que se traduce en infecciones masivas y en la administración de antibióticos o antiparasitarios, pudiendo generar efectos secundarios adversos para los animales y el medio ambiente.

Las enfermedades virales, como el virus de la necrosis pancreática infecciosa (IPN), también se encuentran entre los riesgos comunes en las piscifactorías, siendo altamente contagiosas y mortales. Las truchas afectadas suelen requerir tratamientos con antibióticos y antiparasitarios para controlar las enfermedades y evitar brotes masivos que puedan amenazar la producción.

Todas estas enfermedades no sólo suponen una preocupación para el bienestar animal, sino que también presentan riesgos para la salud humana y el medio ambiente. En primer lugar, el uso de antibióticos en la acuicultura industrial puede llevar a la resistencia a los antibióticos, un problema creciente que afecta tanto a los animales como a los seres humanos. Si los antibióticos se utilizan de manera indiscriminada, los patógenos pueden desarrollar resistencia, lo que puede hacer que los tratamientos sean ineficaces y poner en peligro la salud humana.

En algunos casos, estos antibióticos pueden llegar a los consumidores a través del consumo de pescado contaminado, aumentando el riesgo de infecciones resistentes. Además, las prácticas de uso de antibióticos en las piscifactorías pueden generar residuos tóxicos que se filtran al agua o al suelo, contaminando los ecosistemas acuáticos y afectando a otras especies.

Por otro lado, el uso de productos químicos como antiparasitarios también puede tener consecuencias ambientales devastadoras. Otros residuos peligrosos que pueden tener impacto en el entorno son los plásticos contaminados, residuos sanitarios, material de laboratorio, aceites o residuos de las salas de procesado. Estos productos pueden dañar la biodiversidad al afectar a especies que no son el principal objetivo, como peces silvestres, aves, invertebrados y microorganismos esenciales para el equilibrio ecológico. La acumulación de estos productos en los ecosistemas acuáticos puede alterar la calidad del agua y dañar la vida marina, afectando no solo a las especies locales, sino también a las cadenas alimentarias y los hábitats acuáticos en general.

En el informe Contribución de España a las Directrices Estratégicas para una Acuicultura de la UE más Sostenible y Competitiva 2021-2030, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reconoce que las enfermedades siguen constituyendo una limitación muy significativa para la productividad de la acuicultura y que suponen un problema para el bienestar animal.

La propia industria indica que no se han realizado suficientes estudios epidemiológicos ni se conoce con precisión la incidencia de las enfermedades. Aunque su principal preocupación siguen siendo las pérdidas económicas derivadas de la alta mortalidad de los animales, admiten que las epizootias, de amplia distribución, son difíciles de controlar y erradicar, e implican restricciones al movimiento de peces vivos.


Fuentes:
  • Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. (2024). Contribución de España a las directrices estratégicas para una acuicultura de la UE más sostenible y competitiva 2021-2030 (p. 89).
    https://www.mapa.gob.es/es/pesca/temas/acuicultura/esacui_21_30_sgp_v2_feb_2024_tcm30-636188.pdf